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Posibles multas por incumplimiento de la normativa sobre Legionella

¿Sabías que saltarte la normativa sobre la Legionella puede salirte mucho más caro de lo que imaginas?

No hablamos solo de multas económicas importantes, sino también del daño a tu reputación, a la salud de tus clientes y trabajadores, y de problemas legales que podrían complicarse mucho.

Si gestionas instalaciones de riesgo como torres de refrigeración, spas, hoteles, gimnasios, hospitales, otro tipo de empresa o negocio o fuentes ornamentales, esto te interesa.

En esta guía te contamos lo que necesitas saber para evitar problemas con la Legionella. Vamos a explicarlo sin rodeos: qué dice la normativa, cómo se clasifica una infracción, cuánto pueden multarte, qué errores se cometen con más frecuencia y cómo estar al día.

Ten en cuenta todo esto para dejarlo todo en regla.

¿Por qué la Legionella es un tema tan serio?

La Legionella no es solo una bacteria molesta: puede causar una enfermedad grave, conocida como legionelosis, que afecta sobre todo al sistema respiratorio.

Cuando aparece un brote, las autoridades sanitarias actúan rápido y con contundencia. El foco puede estar en cualquier sitio donde haya agua estancada o aerosoles, desde un jacuzzi hasta un sistema de climatización, grifos, duchas…

Precisamente por eso, las instalaciones de riesgo tienen la obligación de cumplir con la normativa vigente. Hablamos de protocolos de limpieza, desinfección, revisiones técnicas, análisis de agua y mucho más. No es opcional, ni depende del tamaño de la empresa: si hay riesgo, hay que actuar.

Ignorar estas obligaciones puede poner en juego la salud pública, y por eso las sanciones no son ninguna broma. Se penaliza tanto el descuido como la falta de documentación, así que no vale con hacerlo bien: hay que demostrarlo.

La normativa sobre Legionella: lo que exige y a quién afecta

Desde enero de 2024 está en vigor el Real Decreto 487/2022, que ha endurecido las exigencias frente a la Legionella. Este texto sustituye al anterior (el RD 865/2003) y afecta a todo tipo de instalaciones que puedan generar aerosoles de agua. Sí, incluso las que antes no estaban en el radar como circuitos de agua de consumo humano tanto fría como caliente.

Entre los puntos importantes, el nuevo decreto exige que se implante un Plan de Prevención y Control, que se realicen análisis periódicos del agua, que se tomen medidas correctivas si hay presencia de la bacteria y que todo quede por escrito. La documentación es tan importante como la acción. Si no tienes registros, es como si no hubieras hecho nada.

Este Real Decreto también amplía las exigencias para el personal encargado del mantenimiento. Ya no vale con un cursillo básico: se requiere formación específica actualizada y, en muchos casos, experiencia demostrable. Además, hay que contar con una empresa especializada en Sanidad Ambiental que esté registrada oficialmente en el ROESB.

Tipos de infracciones y sus consecuencias sobre la Legionella

Las infracciones por incumplimiento se dividen en tres tipos: leves, graves y muy graves. ¿La diferencia? El impacto que tienen en la salud pública y el grado de negligencia.

  • Infracciones leves: como no tener un documento actualizado o retrasarte con una revisión. Pueden suponer sanciones de hasta 3.000 euros. Aunque parezcan pequeñas, si se repiten, la cosa se complica.
  • Infracciones graves: aquí hablamos de no aplicar los protocolos de limpieza, usar productos no autorizados, o no comunicar un brote. Las sanciones pueden ir de 3.001 hasta 60.000 euros. Y además, pueden conllevar la suspensión temporal de la actividad.
  • Infracciones muy graves: omitir controles deliberadamente, manipular resultados o actuar con total dejadez ante una situación peligrosa. Las multas pueden llegar hasta los 600.000 euros. En estos casos también es posible que se ordene el cierre de la instalación o incluso responsabilidad penal si hay daños a personas.

Además, si un brote se asocia a tu instalación, el problema no se queda solo en la multa: hay indemnizaciones, responsabilidad civil, pérdida de clientes y reputación tocada durante años.

¿Cuáles son los errores más comunes que te pueden costar una multa?

  • No tener el Plan de Prevención actualizado. O peor: no tenerlo. Es obligatorio y debe estar adaptado a tu instalación.
  • Falta de registros. Si haces los análisis, pero no lo documentas correctamente, estás igual de expuesto a una sanción.
  • No contar con personal cualificado. Un operario sin formación específica no sirve, y si hay una inspección, lo comprobarán.
  • No realizar mantenimientos con la frecuencia debida. Algunos análisis son trimestrales, otros anuales. Hay que cumplir con cada plazo.
  • Confiar en empresas no acreditadas. Solo empresas registradas oficialmente pueden realizar tareas de control. Si subcontratas a cualquiera, tú eres el responsable.

Cómo evitar sanciones por el no control de la Legionella

Aquí van algunos pasos que puedes aplicar desde ya:

  1. Haz una revisión de tu instalación. ¿Tienes torres de refrigeración, fuentes, duchas, humidificadores…? Si no sabes si estás afectado, mejor preguntar.
  2. Implanta un Plan de Prevención y Control. No uno genérico, sino adaptado a tu caso. Esto debe hacerlo una empresa especializada.
  3. Haz análisis de agua con la frecuencia requerida. Y guarda todos los informes. Si hay resultados positivos, actúa rápido y deja constancia.
  4. Forma a tu personal. Que todos los responsables conozcan la normativa y sepan cómo actuar.
  5. Trabaja solo con profesionales acreditados. Aquí no se trata de ahorrar, sino de evitar riesgos.

Y si quieres olvidarte de preocupaciones, la mejor opción es contar con expertos. En Insec Desinfecciones somos especialistas en normativa sobre Legionella y podemos ayudarte a tener todo bajo control, desde el diagnóstico inicial hasta los informes y mantenimientos periódicos.

Prevén multas por Legionella con Insec

Las inspecciones sanitarias pueden ser aleatorias o a raíz de una denuncia. Y sí, pueden llegar sin previo aviso. En ese momento, lo único que cuenta es lo que tienes documentado y hecho.

Por eso, no sirve de nada correr cuando ya han llamado a la puerta. Tenerlo todo en orden antes es la única forma de pasar el trámite sin consecuencias.

Además, algunas comunidades autónomas están empezando a endurecer aún más sus controles. Por lo que cumplir con la normativa sobre Legionella no es solo un trámite legal. Es una cuestión de responsabilidad, de reputación y de tranquilidad. Las multas por descuidar este tema pueden ser duras, pero lo más peligroso es el riesgo para la salud.

No dejes que un descuido se convierta en un problema serio. Si no sabes por dónde empezar o quieres asegurarte de que todo está en orden, habla con profesionales del sector.

Contáctanos para poder ayudarte y evita sustos, sanciones y disgustos.

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