La entomofobia se define como un persistente, anormal e injustificado miedo a los insectos. Es decir, se trata de fobia a los insectos.
En ocasiones, las personas que padecen esta fobia tienen que lidiar con el escepticismo o la burla de quienes los rodean. Sin embargo, conviene saber que se trata de un padecimiento que puede limitar seriamente la vida del individuo.
Cuestiones que pasan desapercibidas para el común de los mortales, pueden resultar problemáticas para estas personas. Su fobia a los insectos determina los lugares en los que deciden vivir; así, es difícil para ellos habitar en la naturaleza o en una casa con jardín. Elegir el lugar donde pasar unas vacaciones se limita a pocas opciones. Evitarán lugares en plena naturaleza o destinos con presencia de insectos.
Probablemente vivan angustiados por la posible presencia de insectos en su hogar. Ello los lleva a ventilar su hogar lo mínimo posible o a blindar ventanas y balcones con mosquiteras, además de sellar cualquier ranura por donde los insectos puedan acceder a la vivienda. En caso de encontrarse con un insecto en el interior de su casa, el pánico será doble: por un lado, la imposibilidad de matar al insecto y, por otro lado, la angustia de no saber dónde se esconde el “bicho” en caso de no exterminarlo.
Éstas y muchas otras pesadillas rodean a las personas que padecen entomofobia (fobia a los insectos), y conocerlas puede contribuir a comprender el alcance de su problema.
La entomofobia, como todas las fobias, parece ser una respuesta aprendida ante una situación del pasado que generó una gran ansiedad. Sin embargo, en el caso de esta fobia se contemplan explicaciones adicionales:
- Genética: Teniendo en cuenta que algunos insectos tienen una picadura molesta y dolorosa (a veces, incluso, letal), determinados científicos proponen que esta fobia podría tener un componente genético. Dicho componente transmitiría de generación en generación para favorecer la preservación de la especie. Podría tratarse, por lo tanto, de un comportamiento adaptativo.
- Aprendizaje: Si existiese un suceso traumático que produjo mucha ansiedad en la infancia, en ese momento podría desatarse la fobia. Ésta iría adquiriendo mayor importancia con los años, incluso generalizándose a otros ámbitos.
- Observación: Esta explicación contempla la posibilidad de que la persona aprenda determinados comportamientos por observación (y no por una experiencia traumática). Puede ocurrir al observar cómo una persona sufre una picadura grave o al presenciar reacciones de miedo ante los insectos en otras personas.
- Cultural: La influencia del cine, la literatura o incluso las tradiciones apoya esta teoría.
Sea cual sea la explicación en cada caso, aún existe desconocimiento respecto al alcance que puede llegar a tener en la vida de una persona.
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